Si el arribo premium a Doha me impresionó gratamente por el gran servicio de Qatar Airways, la partida premium no se quedó para nada atrás!
Tomamos un taxi desde el infame Fraser Suites, y como es bastante cerca, pronto estuvimos en el aeropuerto. El chofer nos preguntó si viajábamos en business, y al decirle que sí, nos dejó en el extremo este de la terminal, justo donde empieza. Como en muchos aeropuertos, había un acceso al check-in separado para pasajeros de business y first, pero lo que no me esperaba es que se acercaran dos empleados de Qatar, nos abrieran la puerta del taxi, bajaran el equipaje del baúl, lo pusieran en un carrito, y nos pidieron que los siguiéramos a la terminal. Solo faltó que pagaran el taxi!
Lo más loco de todo, es que una vez dentro, hay dos sectores, a la izquierda para pasajeros de business, y a la derecha para los de first.
No sé qué más podrían poner del lado de first, pero creo que debe ser muy similar, solamente con mostradores exclusivos que en caso de que haya más gente, siempre estarán disponibles para los pasajeros de first, que igualmente deben ser muy pocos porque Qatar solo ofrece first en los A380 (de los que solo hay 8), y en los vuelos regionales de medio oriente (que actualmente están suspendidos por motivos políticos).
Mientras entrábamos a la terminal y tratábamos de cerrar la boca, esta gente siempre sonriendo, nos indican uno de los tantos mostradores, ponen el equipaje en la balanza, nos desean buen viaje y se van, dejándonos en manos de la empleada del check-in.
Más rápido que tarde nos entrega los boarding passes, y nos indica que vayamos hacia migraciones y seguridad.
Pasamos por migraciones, donde había solo un mostrador en uso, pero era más que suficiente porque estábamos nosotros solos, y lo mismo ocurrió en seguridad, donde los agentes estaban charlando entre ellos, y solo se ubicaron en sus posiciones cuando nos vieron venir. Muy raro e inusual pasar por seguridad sin ningún otro pasajero, y en un silencio casi total.
Luego de esto, simplemente nos encontramos con dos escaleras mecánicas que bajaban a uno de los lados del salón principal de la terminal, allí donde está la lámpara oso. Realmente esto es 10 puntos, pero si de acá hubiera un acceso directo al lounge… ya sería el sumun!
Así fue que nos fuimos directo al lounge, como queríamos aprovechar para ponernos un poco al día con posts y todo eso, fuimos primero que nada al business centre. El lugar es bastante grande, y está prácticamente vacío, y muy silencioso, tipo biblioteca municipal. Estaba lleno de PCs para usar, pero nosotros teníamos nuestras laptops, y costó bastante conseguir donde enchufarlas, hubo que mover sillas, mesas, etc. Hoy en día en un business centre debería haber una o dos PCs, pero mayormente debería haber dockstations, con teclado, mouse, monitor y power donde enchufar la laptop y listo.
Después de un buen rato ahí, fuimos al restaurante del piso superior, ya que en el business centre no nos dejaban comer ni una pastilla de menta.
Ya mostré bien como es este lugar.
Las bebidas te las traen a la mesa, pero la comida te la servís vos.
Fideos con manteca?
Cuando fue la hora salimos dejamos el lounge, y como la seguridad para los pasajeros en tránsito está en el piso entre el lounge y la terminal, se vé mientras bajamos por la escalera mecánica.
Esta vez nuestro vuelo salía de la puerta D20, que está en uno de los extremos más alejados. Pero por suerte, finalmente en DOH inauguraron el trencito que nos lleva al final de todo.
Y allí fuimos!
Y allí llegamos.
La puerta D20 es una puerta remota, por lo que debíamos tomar un colectivo.
Esperamos unos minutitos en la sala de preembarque.
Y nos subimos al bondi.
Que por supuesto nos dejó al lado de la escalerilla del 787.
Al lado nuestro justo estaba uno de los A350 de Latam, que están en préstamo en Qatar. Desde la escalerita le saqué una foto.
Mi asiento era el 2A, Alicia estaba detrás mío en el 3A
La cabina iba prácticamente llena.
Con unos minutitos de demora hicimos el push-back.
Y despegamos. De las 3863 fotos que saqué de Doha, esta es la única que salió aceptablemente bien.
Como ya habíamos comido en el lounge, y era tarde (ni siquiera se ofrece un servicio completo de cena), y al día siguiente teníamos un largo día en Oslo, diréctamente nos fuimos a dormir. Me desperté para el desayuno, donde me pedí un plato de frutas, que por supuesto viene además con los pancitos, manteca, y dulce Tiptree.
Aterrizamos en Oslo poco después, a las 7:30 hora local, cuando todavía no había demasiada luz.
Nos despedimos del Boeing 787 A7-BCW, que voló por primera vez en julio de 2015, y nos dirigimos hacia migraciones. Todo rápido porque había unas máquinas. Juntamos el equipaje, y fuimos hacia la estación que está bajo el aeropuerto, a tomar el tren que nos llevó hasta la estación central de Oslo.
De allí, eran solo unos pasos hasta el hotel Radisson Blue Plaza Oslo, donde nos quedamos hasta el día siguiente visitando la hermosa ciudad de Oslo, de lo que pueden encontrar una reseña en el blog de Aliciasown.
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