Para la el regreso a Londres, hasta último momento estuvimos dando las últimas vueltas por la ciudad, ya que el vuelo salía 20:55 y queríamos aprovechar lo más posible el día. Pasamos por el hotel a buscar las valijas que habíamos dejado desde la mañana, y nos tomamos el metro hasta la estación T-Centralen.
Allí se encuentra tambien la estación central de trenes, y es desde donde parte el Arlanda Express, tren que te lleva hasta el aeropuerto en 20 minutos. Esta vez decidimos tomarlo, porque resultaba conveniente debido a que el sabado comenzaba la promoción de verano, 2 adultos por €31 (nosotros habíamos llegado el viernes). Si no, cada pasaje cuesta €26, por lo tanto siendo dos es más conveniente un taxi o la van, que además te deja en la puerta de tu destino.
La estación estaba en reformas, pero me llamaron la atención estos lockers con medio de pago electrónico:
La entrada al andén del Arlanda Express:
No está bien señalizado el camino desde la estación del metro hasta el tren. Si bien hay un par de carteles con un dibujito de un avión, no se nombra al Arlanda Express hasta casi llegar al mismo, por lo que si bien yo iba para ese lado, no estaba seguro si era la dirección correcta, y tuve que preguntar.
Compramos los tickets y había un tren esperando que salía en 14 minutos, perfecto!
Por dentro el tren es muy cómodo y bonito, me extrañó que viajara realmente poca gente (también, con lo que vale).
Todos los asientos tienen power para enchufar la notebook o cargar el celular, y el tren tiene WiFi gratis.
Tiene una revista de abordo, como las aerolíneas, y también pantallas de TV con noticias y publicidad.
Partimos puntualmente, y aunque al principio iba bastante lento y hasta se detuvo en un momento, pronto iba a su velocidad máxima (que en realidad era de 205 km/h):
Puntualmente llegamos a la estación Arlanda Sur en 20 minutos, y un par de minutos después a Arlanda Norte, donde nos bajamos.
Subimos por una escalera mecánica, y salimos al hall de partidos, justo delante de los mostradores de British Airways!:
Esta vez diréctamente usamos las terminales de autoservicio, que eran para múltiples aerolíneas:
Una última mirada a la ocupación del vuelo, menos de la mitad de la cabina de Club Europe ocupada:
Las instrucciones:
Mostrador de Club Europe:
Camino al espigón internacional:
Llegando a seguridad, de un lado Fast Trak para Star Alliance:
Y del otro lado para One World:
Igualmente no había nadie en ningún lado.
Dejé todas las cosas en las bandejas para pasar por el scanner, y pasé por el portal. Sonó la alarma, y una agente de seguridad se acercó a preguntarme si llevaba algo encima. Ahí recordé que me quedaban unas monedas, las saqué del bolsillo, y la señora muy amablemente me las sostuvo mientras pasaba otra vez por el portal (en otros aeropuertos te hacen ir a ponerla en otra bandeja). La alrma volvió a sonar, realmente no sé por que porque ya no tenía nada metálico encima, por lo tanto me realizó un breve palpado manual, y me dijo que pase, no sin antes devolverme mi dinero. Que amable.
Después de seguridad se ingresa a la parte de Duty Free:
Luego se salé a otro salón donde hay algunos bares y otros locales:
Por una ventana se veía el único avión visible en la T5, este 737 de Malev, las aerolíneas húngaras miembros de One World:
Unas últimas compritas de delicatessen suecas:
Ya el tiempo apremiaba, solo había tiempo para una breve pasada por el Lounge para conocerlo y quizá tomar algo:
Bastante grande y luminoso, con buenos asientos, pero poca oferta de comida y bebidas:
Por una de las ventanas pude tomar una linda fotografía de la imponente torre de control de Arlanda, que ya había visto a la llegada pero no había podido fotografiar:
Tomamos una gaseosa, y comimos algún fiambre, y nos fuimos para la puerta de embarque, ya que aún habia que pasar por migraciones.
A la salida del lounge estaba esta cabinita para fumadores, apenas entraban cuatro personas, si dos se quedaba paradas:
Esta vez el oficial de migraciones me selló el pasaporte (salí pero nunca entré a Suecia ;)), y por suerte esta vez era la puerta F58, la primera de todas.
Ya estaban todos los pasajeros allí, pero todavia no habia empezado el abordaje.
Aquí estaba nuestro avión, casi listo para partir:
A los pocos minutos llamaron para abordar, filas de la 6 a la 15, y pasajeros de Club Europe.
La escalera mecánica no funcionaba, hubo que vajar con las valijas por la escalera “manual”.
Esperando para ingresar al avión:
Nos ubicamos en nuestros asientos, 2AC en la cabina de Club Europe. El upgrade no estaba demasiado caro y nos vienen bien los puntos para renovar la membresía Silver del Executive Club.
El avión, un Airbus A319 matricula G-EUOA, entregado en mayo del 2001, estaba en buen estado, aunque note que los apoyabrazos de los asientos en que estábamos estaban un poco enclenques.
Una vez que todo el mundo abordó y se ubicó, se cerró la puerta y se retiró la manga:
El capitán se presentó y anunció que la duración del vuelo sería de poco más de 2 horas, y que llegaríamos a LHR a la hora prevista, 22:15.
Mientras nos dirigíamos hacia la cabecera 19R, pasaron el video de seguridad, en el que los cabin crew solo intervinieron para indicar las salidas.
Fue un carreteo bastante largo hasta la rotación, una lluvia de último momento me arruinó el primer minuto del video por el problema de foco en la ventana, pero luego se despeja y el día se pone claro y las vistas desde el aire son muy buenas:
El paisaje era hermoso sobre estas islas, y la visibilidad muy buena, asique saqué algunas fotos:
Como siempre, una vez apagada la señal de cinturones, empezó el servicio, primero bebidas: gaseosa, jugos, cerveza, vino, champagne, y hasta algunos cocktails que el purser preparaba en el momento. Yo por supuesto pedí Coca Light:
Luego llegó la cena, el purser preguntaba a cada pasajero que deseaban cenar, sobre las opciones de pasta con salsa de camarones, o salmón con papas. No demasiada opción si a uno no le gusta el pescado, pero por suerte no es mi caso, ni el de mi esposa.
Yo pedí la pasta, que el purser me trajo en la bandeja ya servido desde el galley. Digamos que si los fideos hubieran estado bien cocinados hasta hubiera estado bueno, pero tampoco era incomible:
Mi esposa pidió el salmón:
El postre era un cheescake de mandarina, y queso cheddar bien maduro, queso roquefort y galletas de avena (que hacen una muy buena combinación). Además pasan con una canasta con diferentes tipos de panes para que uno se sirva.
Excelente atención del purser Sandy, que en todo momento estuvo pendiente de los pasajeros, siempre muy amable y amigable, y que para mi bienestar se encargó de que nunca esté vacío mi vaso de Coca Light.
Luego pasó sirviendo té y café, de lo que yo me abstengo, pero mi esposa siempre se toma un tecito.
Gracias al espacio libre del asiento del medio, con los apoyabrazos que se corren hacia el medio y dejan los asientos más anchos, más la bandeja del asiento del medio, que se puede usar para poner las bebidas, realmente se viaja muy cómodo. Las dos horas se pasaron volando (je), y pronto estuvimos descendiendo para el aterrizaje, no sin antes dar un par de vueltas en circuito de espera, pero ni idea sobre donde, porque estaba muy nublado asique no se vió nada hasta que estuvimos bastante bajos, casi sobre el estadio de Twickenham, y ya en final para el aterrizaje por la 27R.
Video del aterrizaje, que fue también muy suave. Aunque es plena noche, se ven bien las luces de la ciudad desde el cielo, y luego las del aeropuerto, es un poco largo porque filmé hasta llegar a la puerta, allí se ve bien la terminal.
Por suerte esta vez estacionamos casi al centro de la terminal T5A, lo que implica un mínimo traslado hasta migraciones. Efectivamente, solo hubo que caminar unos metros hasta el hall de migraciones, donde además gracias al Iris, ni siquiera tuvimos que hacer fila, y en menos de 5 minutos desde salir del avión, estábamos en la estación del tube para irnos a casa.
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